¿Paradigmas Gerenciales?... ¿Existen en el Mundo de la Gastronomia?

Un paradigma es el resultado de los usos, y costumbres, de creencias establecidas de verdades a medias; un paradigma es ley, hasta que es desbancado por otro nuevo. En la ciencia, un paradigma es un conjunto de realizaciones científicas "universalmente" reconocidas, que durante un tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones.
 

Esto se comporta como una secuencia en espiral: un paradigma inicial forma un estadio de ciencia normal - sigue una crisis que desestabiliza el paradigma - se crea una revolución científica nueva - se establece un nuevo paradigma - que forma una nueva ciencia formal normal. Y así se empieza de nuevo. Cuando una comunidad científica, religiosa o política da por sentado un paradigma, se crea un espacio-tiempo lineal en donde nada cambia de verdad y se establece como verdad inmutable y la evolución se estanca. El paradigma vigente llega a determinar nuestra percepción de la realidad, no existe una percepción neutra, objetiva, verdadera, de los fenómenos sino que la percepción se ve teñida, enmarcada, tamizada por el paradigma en turno que nos controla y dirige, nos define, nos delimita todo lo que percibimos, y creemos que esa es la verdad. Define lo que es realidad y descalifica las demás opciones. La capacidad de percepción está basada en la apertura de conciencia que tenemos, y esta está fundada en la capacidad de uso de nuestros cerebros. La mente humana no solo piensa, sino que lo hace con ideas y creencias que en su mayoría adopta, o se apropia de la sociedad en que se vive.

Volverse Consciente del entorno y de la sociedad que nos rodea, de sus creencias de sus verdades, es extremadamente difícil. Volverse crítico consciente de nuestras presuposiciones y puntos de vista requiere de una verdadera apertura de conciencia y deseo de progresar, de evolucionar. Según dicta un refrán popular “todo depende del cristal con que se mire” y es así, todo puede verse directamente, menos el ojo con el que vemos. El paradigma es un requisito previo para la percepción misma. Lo que ve una persona depende tanto de lo que mira como de su experiencia visual y conceptual previa que lo ha preparado a ver.

Los paradigmas cumplen una doble función, por un lado, la positiva que consiste en determinar las direcciones en las que ha de desarrollarse la ciencia normal, por medio de la propuesta de enigmas a resolver dentro del contexto de las teorías aceptadas. Por otro lado la función negativa del paradigma, es la de establecer los límites de lo que ha de considerarse ciencia durante el tiempo de su hegemonía. Según Thomas Khun: "cada paradigma delimita el campo de los problemas que pueden plantearse, con tal fuerza que aquellos que caen fuera del campo de aplicación del paradigma ni siquiera se advierten".
      
Las teorías que se inscriben en un paradigma no pueden traducirse en términos de las teorías que forman el paradigma posterior; cada revolución científica es un cambio total de la percepción del mundo y por lo tanto viene acompañado de un  cambio paradigmático.

Continuamente nuestras conductas, valores, apreciaciones, gustos y los ideales, están siendo sujetadas a las prácticas sociales de nuestro tiempo, lo cual significa estar plegado al sistema de valores y supuestos de una tradición cultural, bien sea por los paradigmas o por los imaginarios sociales. Estamos sujetados a prácticas sociales-discursivas de nuestra época. Cada época tiene cierta disponibilidad para lo que se puede hacer y decir sin alterar demasiado el dispositivo. (Por ejemplo: si una persona se siente mal, enferma, nuestro imaginario social indica que lo mejor es consultar o recurrir con un medico, el imaginario social "marca" que esa actitud es adecuada; Pero si lo mismo le sucede a una persona indígena, el imaginario social le "marca", consultar con el chaman). 

Es importante mencionar que el imaginario no está impuesto por la sociedad, sino que cada individuo participa inconscientemente primero para formar el imaginario individual, que luego se transforma en colectivo, en la medida que exista coincidencia valorativa entre las otras personas. Esta cobra forma propia cuando se libera de las individualidades, y por lo tanto adquiere independencia respecto de los sujetos. El imaginario colectivo se constituye a partir de los discursos, las prácticas sociales y los valores que circulan en una sociedad. El imaginario actúa como regulador de las conductas (adhesión o rechazo), es un dispositivo móvil, cambiante, impreciso y contundente a la vez. Produce materialidad, es decir, produce efectos concretos sobre los sujetos y su vida de relación.

Por otro lado, hay que mencionar que para que se puedan resolver nuevos problemas a través de la nueva forma de producción del conocimiento tiene que haber un cambio paradigmático y del imaginario social en la ciencia, para poder darle un espacio donde interactúen investigadores que lo consideren necesarios. 

En el campo de la Gastronomía donde muchas veces se cree, por ejemplo, los restaurantes de los hoteles “son los más costosos”, las mejores recetas son las de “tradición” o las mejores hallacas “las hace mi mamá”, se empieza a notar un cambio importante del paradigma mental. Es responsabilidad tanto el cocinero como del gerente gastronómico que propicien los avances y se difunda la información. Hoy día hay tantas innovaciones en lo que respecta a instrumentos, utensilios y equipos que se nos permite recrear platos antiguos, en algunos casos mucho más saludables que los originales, pero conservando la esencia de la preparación. Los científicos de la cocina se están abriendo camino hacia un nuevo mundo de texturas y gustos que deberán ir ofertando poco a poco con el propósito de educar al cliente y a su paladar, al mismo tiempo deberán utilizan esa novedad con dos finalidades principales: romper con los antiguos paradigmas asociados por ejemplo a que “solo en casa se come bien, sano o sabroso” y aprovechar el cambio como una herramienta gerencial para captar nuevos clientes ávidos de placer y dispuestos siempre a probar. 

Debemos impulsar la Gastronomía Venezolana con todas las herramientas científico-tecnológicas que existen, gerenciando lo mejor posible toda esa creatividad e ingenio de nuestros cerebros estrellas que cada día se paran frente al fogón llenos de sueños y que con especial atención dedican horas a esas materias primas muy nuestras que siempre se dejan moldear con el único fin de seguir avanzando.

Los cambios vendrán, tarde o temprano siempre llegarán, es nuestra responsabilidad ser parte de ellos y mejor aún propiciarlos, ir creciendo conforme al número de posibilidades actuales y venideras, las cuales, sin lugar a duda: son infinitas… El camino se hace al caminar!, sigamos creando!.


Georjay Romero
@GaRuaGR




Georjay Romero
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